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lunes, 15 de julio de 2024

Historia de pueblo chico.


 


La fiscal Suárez  tenía a maltraer a Garmendia, después del caso del gitano y de las opiniones de Garmendia a favor de la mujer inculpada en el caso, Suárez parecía provocarlo, hacerlo sentir incomodo por su defensa de la señora Benítez.  

Al regresar de sus vacaciones, Pedro Garmendia se encontró con Suarez en tribunales, ella lo miraba con insistencia mientras Garmendia conversaba con el juez Batastini. Al salir, lo acompañó, caminaba en silencio a su lado.

-¿Me va a invita a un café señora Suarez? – preguntó el inspector con una sonrisa.

-Es lo que pensaba hacer Garmendia, vamos al barcito del Turco -respondió seria.

Garmendia estaba nervioso, pensando, qué  se traerá entre manos esta mujer. Sin embargo, fue una simple charla de amigos entre comillas. Suarez era bonita, solo su seriedad le apagaba esa belleza, pero al conversar tranquilamente, café mediante, Pedro la descubrió diferente a la idea que se había formado de ella. Se despidieron con un apretón de manos y cada uno fue a su oficina.

Pasados varios días, ya se había olvidado de la fiscal, fue Carmona quien entró como una tromba y le dijo:

-Robaron en la casa de la fiscal Suarez, le dieron una paliza, está en el hospital…

Fueron a verla, estaba irreconocible, la cara hinchada, los ojos morados y la nariz era un bulto deforme. Intentó preguntarle algo y se dio cuenta que no podía hablar bien. Ella le hizo un gesto y él se inclinó, suavemente le susurró al oído un nombre; Juan Zaldívar,

 -¿Él es el culpable? 

Ella asintió con la cabeza, volvió a pedirle que se acerque y le dijo;

-Ayúdeme

Garmendia y Carmona salieron a la calle impresionados  por el estado de la fiscal, la golpearon con saña, con furia, por un robo no se puede castigar así a una persona, comprendieron que el robo fue un pretexto, lo que sucedió en realidad, fue una venganza y mucho odio contra ella. ¿Por qué? Eso debían averiguarlo.

En los archivos policiales, el historial de Zaldívar, merecía varios legajos. ¿Pero qué tenía contra Suárez para odiarla tanto?

Su última hazaña fue asaltar y matar a dos personas en un supermercado, intentó con ayuda de sus abogados salir libre.

La fiscal presentó pruebas irrefutables a los que sus cuervos no pudieron negar, ni coimear a Suarez.

Desde la cárcel, Zaldívar manejaba los hilos de su banda. Su amigo en la política intentó sacarlo de mil formas con todo tipo de artilugios, a los que Suárez lograba echar por tierra.

El odio de Zaldívar hacia la fiscal crecía, varias veces intentaron asaltarla, pusieron una bomba en su auto que voló por los aires y ella siempre  se había salvado, parecía que un ángel de la guarda la protegía, pero esta vez los gorilas de Zaldívar habían concretado casi su misión. La fiscal había salvada su vida de milagro. Ahora comprendia Garmendia el motivo de aquella mirada de Suárez en Tribunales y la invitación  a un café, ella sospechaba que Zaldivar volveria al ataque, sin embargo no se animó a decirle nada al detective.

Garmendia sabía que hablar con el mafioso sería en vano, negaría todas las acusaciones, sin embargo algo inquietaba al detective y era el motivo de tanto odio.

Fue a verlo, era un preso vip, bien vestido, su habitación no la compartia y en ella se veía un aire de comododad y casi lujo. Recibió a Garmendia con una sonrisa burlona, sabía de antemeno el motivo de su presencia. Como era de esperar negó ser el instigador del robo y el ataque a la fiscal, dijo no tener motivos y que comprendia que estar en la cárcel  fue su propio error y era merecido, Garmendia creyó descubrir burla en sus palabras, nada pudo sacar en limpio con su visita.

Al llegar a su oficina le esperaba una sorpresa, Carmona, su ayudante había logrado hablar con uno de los soplones que siempre les pasaba algún dato importante. 

El odio de Juan Zaldivar a  Suárez tenia un motivo y era el asesinato del hermano menor del delincuente. Suárez lo había detenido en el 2019 por robo y en una gresca entre presos un puntazo en el estomágo le había quitado la vida. Nadie dijo quién fue en culpable, o no se supo, la realidad es que el joven murió  desangrado, la furia de Zaldivar recayó en la fiscal y juro vengarse, casi lo consiguío en el ataque a su casa.

¿Cómo frenar a Zaldivar?

Por el momento lo único concreto era aislarlo, que no tuviera conección con el exterior, pero para eso debian descubrir quién lo protegia desde el poder.

Carmona y Garmendia visitaron al juez Batastini, conocedores del respeto y admiración que dicho juez sentia por la fiscal, le plantearon sus temores ante las actitudes de Zaldivar, pusieron en conocimiento del magistrado que la única solución por el momento hasta que se realizace el juicio, era aislar a Zaldivar, que no tuviera ningún contaco con el exterior en especial con sus familiares y los integrantes de su banda, que para eso había que quitarle sus celulares y todo tipo de comunicación con el exterior. Sin visitas. La respuesta fue que sería imposible, por la protección que un ministro del gobierno le daba.

-¿Quién lo proteje? -preguntó Carmona.

El Juez hizo silencio y con un gesto de impotencia dio el nombre del ministro; Daniel Funes. Garmendia y Carmona quedaron mudos.

-¿Cómo puede un hombre como él  protejer a un asesino?

-Eso no lo sé -respondió el juez- pero creo que lo tiene agarrado en un puño, debe tener pruebas de algún negociado turbio por parte del ministro, que lo puede hundir y hacer perder su cargo.

Luego de semejante confesión por parte del juez y sabiendo que no podrian denunciar la fuente, se retiraron de tribunales más amargados que cuando entraron.

Investigar el pasado del ministro era una oportunidad de encontrar un hilo conductor. Zaldivar y el ministro nacieron y se criaron en el mismo pueblo, en el sur de la provincia de Buenos Aires y tenian casi la misma edad. Viajaron hasta el pueblo que  había visto nacer a dos personajes tan dispares.

En el pequeño hotel que se alojaron recibieron la primera noticia que los sorprendió. El dueño era un señor mayor que conocia a los dos, Zaldivar y el ministro en cuestión habían sido grandes amigos en su juventud.

-La madre del ministro vive a pocas cuadras, ella les puede decir algo, en especial que sucedió para que se distanciaran con odio y no volvieran al pueblo.


La anciana debía  andar por los noventa años, una joven la cuidaba. Garmendia le pidió que los dejara hablar a solas. A regañadientes aceptó.

La memoria de la mujer a pesar de sus años era bastante clara, recordó que el motivo de la pelea entre su hijo Daniel y Zaldivar fue una mujer. Los dos se habían enamorado de la misma y las peleas los fueron distanciando, la mujer se llamaba; Elsa  Martinez. 

-La chica desapareció del pueblo, algunos me dijeron que había muerto, debido a eso los dos se fueron a la ciudad, nunca volvieron, mi hijo me envía dinero, pero nunca viene a verme...

Mientras salian la joven los acompañó a la puerta.

-Perdón, no pude evitar escuchar la conversación, ¿Ustedes buscan a Elsa Martinez?

Los dos la miraron  y repitieron juntos:

-Si.

-Ella vive en Coronel Suárez, es mi madre...

Quedaron mudos. La idea de la muerte y ocultamiento que se habían forjado rodó por el suelo.

-¿Nos puede dar la dirección?

-Primero le pregunto a ella.- respondió.

Habló por celular y  dijo:

-Quiere saber ¿quienes son?

-Tenemos una orden de tribunales para hablar con ella -mintió Garmendia.

Un poco sorprendida la joven les dio la dirección.

El auto de Garmendia zigzagueaba en un tramo de ruta de tierra. Al fin dieron con la casa. Era un chalecito del estilo década del cincuenta, con piedras en el frente, pero bien mantenido.

Elsa Martinez los recibió seria, se la notaba nerviosa. Garmendia le entregó un papel que ella leyó y luego preguntó:

-¿Qué quieren saber?

-¿Qué suedió entre Zaldivar y el ministro Funes? Y no me diga que le pregunte a ellos, ya lo hicimos, queremos su versión- dijo con firmeza Carmona, mientras ponia su celular en grabadora.

La mujer retocía sus manos y carraspeó varias veces, le costaba o no sabia por donde comenzar, al fin dijo:

Yo fui pareja de Daniel, el actual ministro, pero lo engañaba con Zaldivar, ellos eran muy amigos, pero yo era muy joven y me gustaban los dos, así que a escondidas de uno me veía con el otro. Cuando Daniel se enteró, se puso furioso...

Elsa no pudo contener las lágrimas, Garmendia la dejó llorar, hasta que la vio calmada. Ella prosiguió:

-Discutimos y en un arranque de furia comenzó a golpearme, casi me mata, escape como pude, arrastrandome llegué a la calle, un vecino me llevó al hospital, quedé internada y pidieron la captura de Daniel, sus amigos de la politica lo sacaron del pueblo y lo mantuvieron oculto hasta que todo se fue olvidando. Zaldivar me ayudó, me ayuda hasta hoy, cada tanto me hace una transferencia de dinero para que no hable...

-¿Qué es lo que tiene que callar?

-Que estoy viva.

-¿Cómo? - la voz de Garmendia fue un chillido.

-Zaldivar hizo pasar que yo había muerto debido a los golpes, no sé cómo lo consiguió, ni a quién compró en el hospital,  pero le mandó el diario del pueblo a Daniel con la noticia, lo tiene amenazado de por vida, es su forma de vengarse porque yo no lo elegí a él. Cuándo Daniel desapareció del pueblo, Zaldivar intentó que yo fuera a vivir con él, me negué y eso lo enfureció juro vengarse de Daniel, pero la que lo despreciaba era yo.

-¿Por qué no lo denunció?

-Vive con sus amenazas sobre mi hija y  no son pavadas, cumple siempre, en el pueblo hubo varios que se le rebelaron y terminaron muertos, hoy con el poder que tiene basado en el dinero, es peor... 

Dejaron atras Coronel Suárez y regresaron a Buenos Aires y fueron a ver al Juez Batastini. 


A partir de ahí todo se fue desarrollando en orden. Zaldivar pasó a una carcel sin atenciones especiales, sin telefonos y aislado del resto. El ministro Funes fue recibido por el Juez Batastini quien lo asesoró y le dió la noticia de que la mujer a quien creía muerta estaba viva y es madre de una hija. 

Que su mamá lo esperaba desde hacía años, que las cartas y el dinero no alcanzan para una madre.

Lo que le quedó sin entender a Carmona fue la orden que Garmendia le presentó a Elsa Martinez.

-Sospeché antes de salir que había algo turbio en este asunto, así que la escribi, la firme con una firma ilegible y la selle con un sello de mi oficina, la señora Martinez estaba tan asustada que no leyó los detalles.

-Mirá que tramposo resultaste Garmendia...


La fiscal Suárez regresó a su casa despues de sesenta días de internación, su primera salida fue a una cena con Garmendia, cosa que molestó a Carmona, pues el también participó en la aclaración de la mafia que ejercía Zaldivar, pero comprendió que, mejor hacerse a un lado, entre esos dos había algo más que agradecimiento.